El
sentido esencial contribuye a la tragedia,
El
oyente ríe y llora, cuando quiere; los demás observan.
El
observador se emociona con la tragedia y comprende
Que no
existe un final feliz, pero aun así lo espera.
Somos
mimos de actos parecidos, nos emocionamos a veces,
Nos
confundimos con espejos rotos que duplican la pupila de quien observa,
Recordando
que aquella pupila se observa de diversas perspectivas.
Y es
así, como el sentido esencial contribuye a la tragedia.
Aquel
trágico instante que se interrumpe con un acto involuntario que produce
Una
carcajada ciega, determina una emoción ebria, que se distrae y sonríe.
¿Las
emocionas sonríen o son las sonrisas que esconden las muelas?
La
comedia no perjudica ni envenena, de hecho acaricia el paladar con la lengua
Y
lanza una carcajada ciega, de esta forma tu sonrisa estará completa.
Y es
así, como el comediante siempre será un aspirante a un aplauso temeroso,
Que se
entrega con rapidez y cegado, a aquel acto hermoso.
Pero
la comedia a veces se torna melancólica. Cuando el protagonista se enamora;
Y en
vez de gallardías con humor lanza versos sin pudor y le habla de forma
Exuberante
a su damisela, la cual solo podrá conquistar en la última escena.
Y de
esta forma el teatro forma parte de nuestras vidas. La tragedia es la muerte y
la desdicha,
La
comedia es la alegría de nuestros días, y cuando el protagonista de nuestra
vida
Se
enamora, comienza el drama. Y es así,
Como
el teatro es aquella sensación de abrir los ojos y vivir las ganas.
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