domingo, 20 de julio de 2014

Teatro


El sentido esencial contribuye a la tragedia,
El oyente ríe y llora, cuando quiere; los demás observan.
El observador se emociona con la tragedia y comprende
Que no existe un final feliz, pero aun así lo espera.

Somos mimos de actos parecidos, nos emocionamos a veces,
Nos confundimos con espejos rotos que duplican la pupila de quien observa,
Recordando que aquella pupila se observa de diversas perspectivas.
Y es así, como el sentido esencial contribuye a la tragedia.

Aquel trágico instante que se interrumpe con un acto involuntario que produce
Una carcajada ciega, determina una emoción ebria, que se distrae y sonríe.
¿Las emocionas sonríen o son las sonrisas que esconden las muelas?

La comedia no perjudica ni envenena, de hecho acaricia el paladar con la lengua
Y lanza una carcajada ciega, de esta forma tu sonrisa estará completa.
Y es así, como el comediante siempre será un aspirante a un aplauso temeroso,
Que se entrega con rapidez y cegado, a aquel acto hermoso.

Pero la comedia a veces se torna melancólica. Cuando el protagonista se enamora;
Y en vez de gallardías con humor lanza versos sin pudor y le habla de forma
Exuberante a su damisela, la cual solo podrá conquistar en la última escena.

Y de esta forma el teatro forma parte de nuestras vidas. La tragedia es la muerte y la desdicha,
La comedia es la alegría de nuestros días, y cuando el protagonista de nuestra vida
Se enamora, comienza el drama. Y es así,
Como el teatro es aquella sensación de abrir los ojos y vivir las ganas.

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